11 Jul Teatros aragoneses centenarios, epicentros culturales
Los principales teatros de la comunidad aragonesa están de celebración. El Teatro Principal de Zaragoza en el 2024 ha cumplido 225 años. Por su parte, el Teatro Olimpia de Huesca celebra en el año 2025 sus primeros 100 años. Tampoco nos podemos olvidar del Teatro Marín de Teruel que ya supera los 106 años.
Los tres teatros ubicados en las capitales de las tres provincias aragonesas son epicentro de la cultura y punto de reunión de los ciudadanos quienes han podido y pueden disfrutar de compañías, grupos y artistas referentes a nivel nacional e internacional
Teatro Principal de Zaragoza
El Teatro Principal de Zaragoza tiene 225 años de existencia. Se inauguró el 25 de agosto de 1799 y su denominación actual la tiene desde 1853. El proyecto se puso en marcha tras el incendio devastador, la tarde del 12 de noviembre de 1778, del Coliseo de comedias de Zaragoza, situado en el solar que hoy en día ocupa el Banco de España.
Su diseño, con una capacidad para 1600 espectadores, adaptaba una fórmula de transición entre los corrales de comedias y los teatros a la italiana. El escenario y la sala, en forma de U, ocupaba la totalidad del solar sin apenas espacios secundarios.
A lo largo de sus más de dos siglos de existencia este gran teatro ha sido objeto de varias intervenciones para su consolidación, ampliación y mantenimiento. Destacados arquitectos como Ricardo Magdalena, Regino Borobio, José Beltrán y José Manuel Pérez Latorre han ido dejando su impronta, pero a pesar de todas las intervenciones, se puede decir que la estructura original de 1799 se conserva idéntica en cuanto a la sala de espectadores se refiere. En la actualidad, el Teatro Principal de Zaragoza tiene un aforo de unas 834 localidades.
Teatro Olimpia de Huesca
El empresario oscense Antonio Pié presentó en 1923 el proyecto de lo que sería el futuro Teatro Olimpia. Este documento lo firmaron los arquitectos oscenses Bruno Farina y Enrique Vicenti aunque, según parece, el verdadero autor de los planos fue el coronel Agustín Loscertales, ingeniero y no arquitecto, por lo que no podía firmar el proyecto.
El resultado final fue distinto al del proyecto, tal y como se aprecia en la actualidad. En el interior se alteró la disposición de los palcos y de las plateas para lograr un mayor aforo, por lo que se crearon dos nuevos niveles, a modo de palcos corridos, uno entre el patio de butacas y el anfiteatro, y otro sobre éste.
La decoración interior es ecléctica, mezclando elementos barroquizantes en los antepechos, elementos clásicos en la embocadura y alrededor de la sala, con una serie de figuras en los cuatro ángulos del teatro, que responde a los postulados del art decó, que comenzaba a estar en boga en esos años. También la embocadura del teatro se decora con elementos clásicos, rematándose con un frontón sostenido por dos pilastras, en relación directa con la fachada.
La fachada, finalmente, presenta seis columnas en lugar de las ocho previstas, y el frontón se decoró con las figuras de la Gloria y la Fortuna sosteniendo el escudo de la ciudad, obra del escultor Torre Clavero. Las obras comenzaron en febrero de 1924 y el teatro se inauguró en junio de 1925.
Teatro Marín de Teruel
El Circulo de Recreo Turolense “El Casino” construyó en 1918 el Teatro Marín de Teruel. La razón por la que esta entidad tomó la iniciativa fue su convencimiento de que la ciudad debía acoger eventos culturales y artísticos para convertirse en el epicentro cultural de la provincia.
El arquitecto tarraconense Pablo Monguió y Segura redactó el proyecto de teatro que se inauguraría el 29 de mayo de 1918.
Monguió desde el 13 de febrero de 1898 hasta el 27 de febrero de 1902 fue arquitecto del común de Teruel. Los enfrentamientos profesionales con el Ayuntamiento por el hundimiento de las escuelas del Arrabal obligaron a su renuncia, pero regresó en 1908 cuando obtuvo la plaza de arquitecto provincial de Teruel, que se prolongó hasta ingresar el 14 de mayo de 1919 en el cuerpo de arquitectos del Ministerio de Hacienda.
Sus construcciones más destacadas se levantaron en Teruel y Tortosa y su preferencia por el estilo modernista inspirado en las arquitecturas de Lluís Domènec i Montaner quedó reflejado en el Teatro Marín y en otros edificios de la ciudad.
La denominación de “Marín” se debe al tenor Andrés Marín quien nació en la ciudad de los amantes y perteneció al coro del Teatro Real, en el que debutó en 1866. Actuó en los mejores escenarios del mundo.