20 Ene Cultivando el pasado para asegurarnos el futuro.
Proyectos de FP basados en la sostenibilidad
En Aragón, son muchos los centros de enseñanza de Formación Profesional que desde siempre, pero en especial con el horizonte de la Agenda 2030, están trabajando en torno a iniciativas que buscan la sostenibilidad. Tienen muy en cuenta su entorno económico, laboral, social e histórico y se han marcado unas metas que contribuirán a mejorarlo.
En ocasiones, pensamos que la innovación tiene que ir de la mano de las nuevas tecnologías, de procesos novedosos, de descubrimientos sorprendentes, pero no siempre tiene que ser así. Innovar, a veces, es dedicar una mirada al pasado, realizar un redescubrimiento y apostar por una recuperación o adaptación. Y así son los proyectos de innovación en los que están trabajando centros como el CPIFP Movera con los boliches del Pilar; el CPIFP Montearagón y el IES Virgen de la Sierra de Illueca, con la apicultura; el CPIFP San Lorenzo con los embutidos del Alto Aragón y con el patrimonio panadero y repostero de su zona; el IES Biello Aragón dedicado a la recuperación de recetas tradicionales; el CPIFP Escuela de Hostelería y Turismo de Teruel con la trufa o el CPIFP San Blas con la recuperación de la gallina serrana de Teruel.
Todas estas iniciativas son posibles gracias a un profesorado innovador e involucrado con el entorno y, sobre todo, con el alumnado. Pero también, gracias al establecimiento de alianzas con otros organismos, como el Centro de Investigación y Transferencia Agroalimentaria de Aragón (CITA), empresas como ADS Apícola de Huesca y profesionales como Ángel Bergua, Panadería Ascaso de Ayerbe, Asociación de Recolectores y Productores de Trufa Negra de la Provincia de Teruel (ATRUTER) y restaurantes o asociaciones implicadas en estas iniciativas.
Meta del Objetivo 2. Hambre cero
Estos proyectos están muy relacionados con una de las metas del Objetivo 2 Hambre Cero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En esta meta -2.5 Diversidad genética- se indica: «De aquí a 2020, mantener la diversidad genética de las semillas, las plantas cultivadas y los animales de granja y domesticados y sus correspondientes especies silvestres, entre otras cosas mediante una buena gestión y diversificación de los bancos de semillas y plantas a nivel nacional, regional e internacional, y promover el acceso a los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales conexos y su distribución justa y equitativa, según lo convenido internacionalmente».
Se trata de una meta muy relacionada con todos estos proyectos educativos lo que demuestra el compromiso de la comunidad educativa con el futuro de nuestro planeta. Sin duda nos encontramos en un periodo en el que todos los ciudadanos, desde cualquier ámbito, tenemos mucho que decir y hacer y, por supuesto, la Formación Profesional también está en esta vía de trabajo, compromiso y responsabilidad.